La gente de la región conoce a Tenancingo como La estrella del Sur, pues gracias al toque de sus artesanos se ha convertido en un punto que concentra buena parte de su producción: hay rebozos, canastas, sillas, flores y, el ahora tan conocido obispo, muestra única de la gastronomía regional. 

En Tenancingo todo está hecho a mano, especialmente los rebozos. No por nada también se ha ganado el puesto de Cuna del rebozo: es el segundo productor de esta prenda a nivel mundial; sus piezas se exportan a lugares como Estados Unidos, Canadá o Europa, pues su calidad y complejidad son extraordinarios. Marcos Dávila, al igual que muchos artesanos, inició desde pequeño con este oficio que requiere mucha destreza y dedicación. Este artesano muestra a los visitantes su trabajo, los premios que reconocen su creatividad y lo desafiantes que pueden ser sus piezas. Quizá pocos lo saben, pero un rebozo puede llevar meses de trabajo tatuados en sus hilos. 

Tenancingo también es famoso por su producción de flores. El mercado de flores Xochiquetzal concentra a cientos de productores que diariamente llegan al alba para ofrecer su mercancía. Surten orquídeas, gerberas, anturios, rosas o girasoles a Toluca y la CDMX; puedes encontrar más de 300 variedades de flores y follaje. Aunque parezca increíble, la producción de este mercado es tan grande que aquí se fijan los precios de las flores y las negociaciones impactan al resto del país. Cuando estés en este lugar, déjate maravillar por las formas y los aromas; cuando regreses, en otro momento del año, te encontrarás con un mercado distinto. 

La última parada es el Mercado Rivapalacio, ¿por qué? Porque debes probar el obispo, un embutido de la región hecho a base de carne de cerdo, chile manzano, epazote y cebolla. También pregunta por el obispo especial, que además de lo anterior lleva nueces, almendras, pasas, piñones y sesos. Tu comida en este mercado será tan memorable que con certeza será el mejor recuerdo que te lleves de Tenancingo.