El periodo colonial no se entiende sin el barroco y este museo es la mejor muestra para acercarse a él.
En noviembre, se monta la ofrenda monumental con algunos de los mejores ejemplos de la cartonería local; en diciembre, se escenifican las tradicionales pastorelas.
El Museo Nacional del Virreinato y el templo de San Francisco Javier (Plaza Hidalgo 99, San Martín. M-D 9 a 16:45 h, T 55 5876 0332, virreinato.inah.gob.mx) resguardan algunas de las muestras más impresionantes del arte barroco de México.
- Mercado municipal (Plaza Virreinal 20, San Martín. L-D 6 a 19:30 h) para comer quesadillas, sopes, pambazos, carnitas o barbacoa.
- El restaurante Los Virreyes (Plaza Virreinal 32, San Martín. L-D 8 a 20 h, T 55 5876 0235, restaurantelosvirreyes.com) ofrece insectos en temporada como chinicuiles, escamoles o chapulines. Su vista a la plaza lo convierte en parada de rigor.
- CreaTuras de papel (L-J en el Centro de Atención Turística de Tepotzotlán, cada 15 días en el Jardín del Arte, frente a la Hostería del Convento, T 55 1701 1382) es un taller experimental de diseño basado en trabajos de cartonería.
Posada del Fraile (Calle del fraile 6, Texcacoa. T 55 5876 4110, posadadelfraile.com)
Además de sus profundas raíces prehispánicas, Tepotzotlán conserva el aroma colonial. La primera impresión al llegar al centro son los 40 metros de altura de la torre del templo de San Francisco Javier, cubierta de un hermoso estilo barroco churrigueresco y 13 campanas. Esta fue la última construcción jesuita, realizada de 1760 a 1762.
A un costado se yergue el Colegio de Novicios de la Compañía de Jesús que hizo de Tepotzotlán un lugar de sabiduría y conocimiento. Desde su fundación tuvo un compromiso con la educación: enseñar a los religiosos las lenguas otomí, mazahua y náhuatl; educar a los hijos de los personajes principales en el Seminario de San Martín, e instruir a quienes deseaban cursar el noviciado y seguir el camino jesuita en la Casa de Probación. Hoy resguarda el legado de una historia rica en aprendizajes, pues desde 1964 alberga el Museo Nacional del Virreinato.
Hasta 1914, la hospedería o portal del peregrino del colegio recibía a viajeros cansados, pero desde 1963 la comunidad se organizó para rescatar su patrimonio cultural. Hoy es escenario de pastorelas que convocan a la gente a participar en una puesta en escena inolvidable. Los borregos y caballos añaden autenticidad a este espectáculo, muestra del ingenio y del amor de los tepotzotlenses por su historia y su cultura.
La cartonería es un arte popular mexicano que ha sobrevivido al paso del tiempo y que busca respetar las técnicas y la magia de esta tradición que transforma con paciencia infinita las capas de cartón, pegamento y color en obras de arte. Generar la primera idea es como dar un salto al vacío –afirma una artista cartonera– que culmina en piezas de diseños únicos; por ejemplo, los cráneos y calaveras que se usan en la ofrenda monumental de Tepotzotlán dentro de los festejos del 2 de noviembre.


En Tepotzotlán, la historia y la gastronomía se conjugan para brindarte una experiencia única. El mercado municipal es una muestra viva de la tradición culinaria donde los sabores y los aromas de los antojitos mexicanos se mezclan con la arquitectura de antaño. Por otro lado, el restaurante Los Virreyes te transporta a un pasado colonial. La hija de los fundadores te hace sentir como en casa, mientras te comparte los sabores que le han sido heredados. Aquí, cada bocado es una historia contada ante la espectacular vista de la plaza principal.