Enmarcado por los volcanes, este pueblo es el mejor pretexto para probar un buen taco de cecina, un mazapán de forma caprichosa y comprar artesanías elaboradas con ramas.
En verano, cuando hay luciérnagas.
- Las vistas del Iztaccíhuatl desde el Parque Ecoturístico Dos Aguas (Prolongación de la Cuesta, San Rafael. L-D 8 a 17 h, T 597 975 4051, FB @Parque Ecoturístico Dos Aguas)
- La arquitectura de la Fábrica de Papel de San Rafael (Camino a San Rafael 5, San Rafael, Tlalmanalco)
- Tacos de cecina de don Fermín, dentro del mercado San Rafael (16 de septiembre, El cedral, Tlalmanalco. L-D 8 a 18 h)
- También puedes ir a Antojería Las Jacarandas o a algún restaurante en la plaza principal
- Mazapanes y otros productos locales en el taller de Sagrario Carcaño (WA 556 751 4149, IG @mazapanes16)
- Artesanías de vara realizadas por la familia de Enriqueta Ruiz
Parque Ecoturístico Dos Aguas. Sus cabañas tienen capacidad desde 2 personas y hasta 10 así como zona para acampar.
El clima es fresco; si planeas pasar la noche aquí, trae ropa abrigada. En el verano llueve. No olvides zapatos cómodos para caminar en el bosque.
Cuando llegas a su puesto dentro del Mercado San Rafael, en Tlalmanalco, don Fermín te recibe con una sonrisa y un taco de cecina, bien gordito, con su doble tortilla y un poquito de aguacate. Sólo falta que lo corones con nopales y salsa. ¡Luego pide un campechano! El aroma de la carne en la parrilla cautiva tanto como la plática cálida con este taquero, quien tiene alrededor de 50 años dedicado al bello oficio de hacer cecina para alimentar a las marchantas. Se ocupa de cada detalle: conseguir la mejor pulpa de res, tasajearla, salarla y secarla al sol. Por eso es tan rica: está hecha con amor.
Con amor también están hechos los mazapanes de Sagrario Carcaño –“Sagrario Mazapanes”–, quien ha mantenido vivo su largo linaje de tradición dulcera por más de siete años. En realidad, ella hace algo más que continuar con el oficio: ha llevado al mazapán a un nivel artístico, pues hace todo tipo de esculturas con él y experimenta con distintos decorados –chocolate, fondant, colorantes–. ¡Sus piezas son únicas!
Al caminar por las calles de San Rafael, creerás que el viaje ya valió la pena, por el taco y el mazapán, y también por el paisaje: con vista al Iztaccíhuatl, árboles frondosos y arquitectura colonial. Y, aunque la caminata es preciosa, aún te falta descubrir otra gran joya.
Con la cercanía del bosque alpino, en esta tierra fresca, la maestra Enriqueta Ruiz y su familia aprovechan lo que la naturaleza provee para elaborar artesanías hechas con ramas, las varas de perlilla y piñas de los pinos. Casi 30 años se ha dedicado a este oficio, creando canastas, venados, nacimientos y adornos navideños, entre otros.

El oficio de guía también es indispensable en la zona del Parque Ecoturístico Dos Aguas, llamado así porque ahí convergen dos cascadas de agua de deshielo. El parque es hermoso, pero inmenso; por eso, la guía de Guillermo Nájera ayuda a disfrutar más sin correr peligro. Aquí hay desde actividades familiares –como observar luciérnagas– hasta otras más de aventura, como senderismo y escalada. Lo que elijas será una experiencia transformadora.